Santi Nolla - 29/10/2007 03:00
El Barça tuvo al mejor Ronaldinho cuando había que cambiar el club. Con Eto'o y Deco consolidó un equipo mágico. Ambos también se hicieron necesarios para que la maquinaria funcionara. Hoy, este Barça depende de Messi. Con el argentino en el equipo es una cosa y sin él, otra.
Messi es el único hoy capaz de superar en más de una ocasión un uno contra uno. Ayer apenas salió un poco más de un cuarto de hora y el público del Camp Nou acabó coreando su nombre mientras bajaban los brazos en señal de admiración. Hasta ese momento fueron más protagonistas los incordiantes y odiosos avioncitos de papel que menudean cuando el Barça aburre.
Rijkaard dejó a Messi, de entrada, en el banquillo para reservarlo por su problema de adductores, como publicó Mundo Deportivo. Giovanni ocupó su plaza y, al final, el mexicano participó en las dos jugadas de gol del Barça. El primero, obra de Henry, en posición de fuera de juego y el segundo provocando un penalti que sonó más a piscinazo.
Aparte de esas dos acciones, nada. El Barça pareció que jugaba caminando (salvo Iniesta) y el Almería se colocó con acierto en el terreno de juego. Los almerienses jugaron al empate, ya que carecen de pegada delante, pero trabajan, mucho y bien, en todas las líneas.
Ronaldinho no tuvo su día, tampoco lo tuvo Henry, pero marcó un gol y el francés apareció más cuando el Almería dio muestras de cansancio. Ronnie no es el que era. Lo intenta, pero no acaba de salirse en el uno contra uno en el que era letal. Sin embargo, el Barça ha jugado 12 partidos esta temporada y sólo ha perdido uno, ante el Villarreal, en el que no jugó el Gaúcho. Es cierto que está siendo sustituido de forma permanente por Rijkaard al final de las segundas partes y que el técnico holandés hizo calentar a Messi porque cambiar a Ronnie por el argentino es un buen gesto y hacerlo por otro jugador de la plantilla tiene otro valor.
Todo el Barça ayer estuvo muy por debajo del rendimiento óptimo. Delante acostumbra a haber poca movilidad de las puntas, que esperaban recibir el balón al pie. En el centro del campo, la presencia de Touré tranquiliza, pero todavía no es aquel mediocampo eléctrico que imponía un ritmo alto de circulación de balón. Este Barça necesita mucho a Messi
Via:elmundodeportivo.es
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