MÁS MARCHA PARA EL BARÇA
La mejor noticia para el FC Barcelona, socios y aficionados es el regreso a los terrenos de juego del argentino. Se le esperaba como agua de mayo...
Toni Frieros
El socio del FC Barcelona, el aficionado azulgrana, incluso el amante del buen fútbol, sin distinción de colores ni escudos, estaba echando de menos a Leo Messi. Mucho. Por eso, el pasado domingo, el público que acudió al Camp Nou para presenciar el Barça-Racing de Santander, se puso en pie y aplaudió a rabiar cuando se percató de que Leo se disponía a calentar en la banda. Su ingreso en el terreno de juego fue celebrado con algarabía y jolgorio, como quien brinda por un gran triunfo.
Messi había estado ausente desde que sufriera una lesión muscular en el encuentro de Liga Valencia-Barça. Un contratiempo que rápidamente sembró de desánimo a la parroquia azulgrana porque le iba a impedir, como así fue, medirse siete días más tarde al Real Madrid. Esa fue la lectura que entonces se hizo: seguramente el gran clásico del fútbol español hubiera sido otro muy distinto con Leo vestido de corto. No en balde un año antes él solito fue capaz de endosarle tres goles al mismísimo Iker Casillas evitando una derrota que parecía segura.
Con los números en la mano, lo cierto es que el Barça ha sabido sobrevivir a la ausencia de Messi en este trasiego. Al menos en lo que hace referencia al marcador. Eliminó al Alcoyano y al Sevilla en la Copa del Rey -dieciseisavos y octavos de final respectivamente- y firmó con triunfos todas las actas ligueras: Mallorca, Murcia y Racing. Con una nota al margen: sin encajar un solo gol.
Otra cosa muy distinta ha sido el nivel futbolístico exhibido en los últimos tiempos. El resultadismo está muy bien en tiempos de crisis o dudas, pero al Barça siempre hay que exigirle un plus de calidad, porque por eso tiene en su nómina a futbolistas que tiene y por eso pone en circulación un presupuesto tan millonario que para sí lo quisieran muchas empresas.
En los últimos partidos el conjunto de Frank Rijkaard ha hecho los deberes, es cierto, sobre todo en la complicada eliminatoria copera ante el Sevilla. Hubo trabajo, oficio, concentración y capacidad de sufrimiento. Sin embargo faltó pegada, faltó desequilibrio. Y faltó magia...
Estas carencias, observadas por todos, podrán desaparecer con Leo Messi en el equipo titular. Bastaron unos escasos segundos del argentino ante el Racing para que el partido fuera otra cosa, para que el público se emocionara, para que esperara una genialidad que sólo él es capaz de realizar con su fútbol eléctrico.
Nadie puede poner en tela de juicio que con Messi el Barça mejorará. No solamente por la ayuda directa que ofrece el juego que desplega Leo. También, y sobre todo, porque con su rapidez, implicación y desenfado hace, provoca, que el resto de sus compañeros se contagien.
Ahora que no está Samuel Eto’o, que tardaremos todavía en ver la mejor versión de Ronaldinho, que no se puede dejar en manos de Bojan y Giovani las riendas del equipo por su juventud, que Henry debe alcanzar la velocidad de crucero que tenía en el Arsenal, es decir, regularidad, debemos abrazar el regreso de Messi como si fuera agua de mayo.
El FC Barcelona entra esta semana en la recta final de la Copa del Rey. Eliminar al siempre difícil Villarreal daría el pasaporte hasta las semifinales, por lo que el título de campeón se pondría a tres partidos. También la Champions League está a la vuelta de la esquina, esperando un Celtic de Glasgow que es asequible. Esta temporada la afición ha vuelto a ilusionarse con la Copa de Europa.
Otra cosa es la Liga. La diferencia de siete puntos con el Real Madrid no es inalcanzable, pero sí muy difícil de recortar. Simplemente porque ya no depende sólo del Barça. Por muy bien que lo hagan los azulgranas, si los blancos no pinchan no hay nada que hacer. Por eso, mientras esté así el panorama, los azulgranas no se pueden permitir un solo tropiezo porque las diferencias se harían ya insalvables.
Teniendo presentes todas estas circunstancias la presencia de Messi cobra una importancia vital para el FC Barcelona. Antes de lesionarse todo el mundo del fútbol lo calificó como el jugador más desequilibrante del planeta. A mediados de diciembre estuvo en la gala de la FIFA para recoger el premio que le acreditaba como segundo mejor futbolista de 2007 a juicio de los seleccionadores nacionales y capitanes de las principales selecciones. Un reconocimiento a su imparable ascensión, sólo truncada por sus lesiones, que son su cruz personal. Leo ya dejó de ser una promesa. Se ha convertido en una realidad consolidada.
Aunque a su edad todavía hay muchos jugadores que lo tienen que demostrar todo, Messi regresa para ayudar a que el FC Barcelona vuelva a tener imaginación, velocidad, desequilibrio, gol y transmita muchas dosis de ilusión. Hay que agarrarse a Leo para poder ir a una marcha más. El Barça la necesita.
Vía Sport.es
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